Atlético del Madrid pierde ante el Real Madrid en el derbi
El Madrid volvió a salir con lo para que Solari es el equipo indiscutiblemente titular, los que empataron tres días antes en el clásico, salvo Navas, Marcelo y el lesionado Llorente, y los que se jugarán el futuro del Madrid en la Liga de Campeones en Ámsterdam ante el Ajax.
Simeone apostó por un once valiente y ambicioso, sin Rodrigo, con cuatro jugadores muy ofensivos (Correa, Lemar, Griezmann y Morata) y con Saúl en su faceta de sobresaliente llegador.
Aupado por un ambiente espectacular, el Atlético entró al partido presionante, intenso, con los laterales muy profundos y una energía desbordante. El Madrid no encontraba un momento de respiro, incómodo y sobrepasado, ni un pase sin una presión axfisiante.
La presencia en campo rival del equipo de Solari fue testimonial el primer cuarto de hora, pero su apuesta era el aguante y la supervivencia, como un boxeador orgulloso y pudoroso que espera su momento aguantando contra las cuerdas.
Entre una pitada constante y profusa a Courtois, y antes de que hubiera podido amansar a la fiera, el Madrid renació en el partido de la mano de un gol de Casemiro. El brasileño remató de forma acrobática, de media chilena, un balón que quedó suelto en el área tras un saque de esquina que peleó Ramos ante cuatro atléticos, fuera de sus marcas víctimas de su propia ansiedad.
Con un ambiente de incredulidad e impotencia impregnando todo el Metropolitano, el partido se tornó turbio para el Atlético, que empezaba a acumular pérdidas constantes y problemas con las carreras al espacio de los jugadores del Madrid.
Pero entonces llegó el empate. En otra pérdida de Vinicius, Correa encontró a Griezmann en un pase profundo, al límite de un fuera de juego que el VAR tuvo que comprobar, y el francés definió con maestría ante la salida de Courtois.
Los dos habían encontrado el gol cuando menos lo merecían, pero la deriva del Atlético en ataque empezaba a ser una tendencia. Con el paso de los minutos, el planteamiento atrevido y vertical de Simeone se le empezaba a tornar en contra, con lagunas tácticas de las que el Madrid sacaba provecho cada vez que recuperaba el balón. En una de esas salidas en tromba, Vinicius desbordó a un desquiciado Giménez, que terminó derribando al brasileño, tras perseguirlo 30 metros, al límite del área de Oblak. El árbitro señaló el punto de penalti y Ramos puso de nuevo al Madrid por delante.
Con la baza de la presión inicial y la intensidad ya gastada, la segunda parte se presentaba como un quiero y no puedo de los de Simeone, que buscó la solución con Rodrigo y la vuelta al doble pivote.
El fútbol no se impuso en un partido en el que las tornas habían cambiado, era el Atlético el que se sentía incómodo pero, casi, encontró el gol. El VAR anuló por fuera de juego un pase largo que Morata controló de forma brillante y transformó en gol magistralmente ante la salida de Courtois, aunque le dio tiempo a empezar a celebrar la obra de arte que terminó invalidada.
? FP: @Atleti 1-3 @realmadrid
⚽ Griezmann 25′; @Casemiro 16′, @SergioRamos 42′ (p), @GarethBale11 74′#RMDerbi | #Emirates pic.twitter.com/lyDAfDFM3i— Real Madrid C.F.⚽ (@realmadrid) 9 de febrero de 2019
Entre el encrespamiento rojiblanco generalizado, la reacción final de los locales quedó interrumpida entre sus propias faltas, que detuvieron continuamente el ritmo de un juego cada vez menos vistoso y productivo.
Sin oportunidades muy reseñables para nadie, Bale hizo su única aparición en el partido (había entrado al inicio del segundo tiempo por Vinicius) para conectar un tiro cruzado, marca de la casa, con el que terminó de enterrar al Atlético más ambicioso de la temporada y aupar a un Madrid para el que la semana pintaba complicada y, de momento, marcha con notable.
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